Fuente: guiainfantil.com
Crea un horario y rutina para el momento de la ducha así vas creando disciplina y te será más fácil este proceso.
Proporcionar confort y bienestar durante y después del baño, esto le ayudara a estar relajado, dormir mejor y adaptarse al entorno.
Usar toallas de algodón para secar su cuerpo, por lo general se usa otra para la cara y cabeza.
Realizar nuestro lavado de manos previo al baño del bebé.
Evitar la hipotermia, no dejarlo mucho tiempo expuesto al agua.
A medida que pasan las semanas y meses, podrá incorporar aceites especiales al agua (consulta a tu pediatra siempre).
Dar un masaje después de la ducha o baño favorecerá su bienestar y es una excelente manera de comunicarnos con nuestros hijos, haciéndolos sentir seguros y amados.
Lo más importante es crear un ambiente de tranquilidad, aprovechar el contacto con el recién nacido para sonreír y hablarle al bebé. De esta forma estará más tranquilo y le proporcionará seguridad. Cuando tu bebé crezca, el baño se convertirá en uno de los momentos más divertidos.